Pasó el domingo con terapia, hielo y masajes, luego vio el partido por televisión desde casa animando a sus compañeros. Paulo Dybala aceptó de mala gana las señales del cuerpo que le decían que se detuviera a tiempo.
Nunca hubiera querido perderse las dos veladas más importantes de la temporada. Pero su periplo no acabó entre Leverkusen y Bérgamo. La Roma espera y cuenta con recuperarlo a tiempo para el partido del próximo domingo contra el Genoa: con cinco o seis días de trabajo, sin otros compromisos competitivos, Paulo debería ponerse a disposición de De Rossi asegura este lunes el Corriere dello Sport.
Con el objetivo de pasar sin problemas entre la última jornada contra el Empoli y luego la cita que más le importa, la Copa América de Estados Unidos. Cuando regrese de vacaciones, Dybala espera volver a encontrarse con la Roma la Champions.