La apuesta sostenible de la Roma está toda en los datos presentados en el informe de tráfico y movilidad adjunto al proyecto del nuevo estadio. Según los técnicos contratados por el club para realizar el estudio preliminar, los aficionados llegarán al estadio principalmente en transporte público: 18.288 llegarán a Pietralata en metro según cuenta el diario La Reppublica.
Por orden de proximidad, el sistema del futuro está servido por las paradas de metro Quintiliani, Tiburtina y Bologna B. -Aeropuerto de Fiumicino), Fl2 (Tiburtina-Tivoli) y Fl3 (Ostiense-Viterbo). Otros 523 deberían preferir el taxi. Mientras que 2.090 acudirán al estadio a pie o en bicicleta. Así la movilidad privada: 16.720 aficionados deberán elegir el coche (calculando una media de tres personas por coche) y 9.405 la moto.
La estación de metro más cercana, la de Quintiliani, está «cerrada». “Se destaca la decisión, por razones de seguridad y mejor gestión de los flujos, de mantener cerrado el apeadero de Quintiliani al final de los partidos”, se lee en los documentos adjuntos al proyecto. La hipótesis en la que trabajan por ahora los técnicos contratados por la empresa, por tanto, corta la estación a tan solo 350 metros del estadio. Al final del partido debería ser inaccesible, como la parada del Circo Massimo en los días de grandes conciertos.
El cuadro lo completan los aficionados persiguiendo un taxi tras el triple pitido (1%) y los aficionados invitados dirigiéndose hacia los autobuses (4%). En los documentos adjuntos al proyecto, Roma también se centra en la movilidad compartida. La apuesta por compartir también va más allá de la disponibilidad actual de coches, scooters y patinetes. Hasta el punto de imaginar incluso un posible sistema de lanzadera: el proyecto habla de «servicios innovadores bajo demanda» acompañando el anuncio con una foto de un autobús.