Dueños estadounidense, hábitos estadounidenses: la Roma jugará ante el Lecce el domingo con un parche de Halloween en sus camisetas. Pero Mourinho, perdón por la banalidad, espera esta vez no ver fantasmas, ya que es noveno en la tabla con ocho puntos menos que el año pasado y no puede permitirse distracciones. En realidad, la derrota ante el Inter, que fue más mala para la actitud que por el resultado, interrumpió una racha de cinco victorias seguidas entre el liga y copa europea.
Así, la distancia acumulada desde la cuarta plaza, actualmente ocupada por el Atalanta, que está a +5, se debe principalmente al deprimente inicio. Pero el resultado en San Siro ha reavivado el debate sobre las perspectivas de los objetivos de la temporada del equipo, hasta ahora impecable en Europa y criticable en Italia como los dos años anteriores. Pero, ahora el calendario ofrece ahora una buena oportunidad de recuperación: la Roma jugará tres partidos seguidos en el Olímpico, derby incluido, y luego en Reggio Emilia contra el Sassuolo cuenta Corriere dello Sport.
Es en este ciclo de partidos, con la pausa de noviembre de por medio, los romanistas deben avanzar hacia arriba. Porque después, entre diciembre y enero, le aguardarán una serie de penurias dignas de las etapas de los Dolomitas al final de la gira: entre el 10 de diciembre y el 14 de enero Mourinho se enfrentará a la Fiorentina (en casa), Bologna (fuera), Napoli (en casa), Juventus consecutivamente (fuera), Atalanta (en casa) y Milan (fuera). Seis fechas duras que probablemente dejarán huella, en una dirección u otra.