Una explosión de amor. Desde que José Mourinho asumió como entrenador de la Roma, el Olímpico se ha convertido en esto. Y no importa si algunos sectores son más entusiastas y otros un poco menos. Y no importa si el rendimiento del equipo no siempre está a la altura: desde que el Covid dejó espacio a la pasión de los aficionados romanos, el estadio coloreado de amarillo y rojo se ha convertido en un valor agragado. De amor, sin duda.
Pero también de recaudaciones. Porque desde el primer ‘Sold Out‘, el Olimpico sólo en dos oportunidades cuando juega la Roma no vendió todas las entradas disponibles asegura Corriere dello Sport. El vínculo con el equipo está bien, pero la relación entre Mourinho y la gente también ha aportado dinero a las arcas de Trigoria. Dinero fresco.
Como el fútbol moderno no es sólo una cuestión de amor, sino también de números, se puede hacer un promedio entre el dinero que sale de los abonados (sectores populares y Premium) y el dinero que sale de la venta de entradas. En los partidos «normales» la media se sitúa entre los 800.000 euros y el millón neto, mientras que en los grandes partidos se duplica hasta casi los dos millones y medio.
A estas cifras hay que sumar las suscripciones (unos 30 millones de euros en tres años). Todo esto hace que, desde el verano de 2021, la Roma haya recaudado alrededor de 70 millones de euros por el estadio.