Una investigación defensiva interna. Lo que se parece mucho a una cacería de brujas. Después de la explosión del ‘sexgate’, la directiva de Roma está al borde de un ataque de nervios. Y en un intento por salir de ello se agita de una manera casi estridente. Intentar comprender si alguno de los empleados del club contribuyó a difundir información sobre los despidos de los dos empleados que fueron víctimas de la difusión de un vídeo duro que les concierne cuenta este lunes el diario La Repubblica.
Una carta llegó a los correos electrónicos de los empleados sin previo aviso. “Cita para entrevista de investigación”, se lee en el sujeto. Una citación firmada por un conocido abogado de la capital, a quien Roma ha encomendado una tarea: «Realizar actividades de investigación» para investigaciones defensivas: el Código de Procedimiento Penal lo prevé, para quien crea que puede ser investigado. La Roma o uno de sus directivos así lo creen. Y piden escuchar a los empleados como «personas informadas de los hechos«.
El escándalo que avergüenza al club desde hace días también está sobre la mesa del fiscal federal Chinè, que mañana escuchará a Vito Scala y a un jugador extranjero de 18 años del equipo Primavera.
