Por un lado, está él, con su grupo, aquellos jugadores que le decepcionaron ante la Lazio pero que, sin embargo, son el apoyo de la ‘familia’. Del otro está la directiva, cerrada en sus oficinas de los pisos superiores de Trigoria: Dan y Ryan Friedkin son los cabezas de familia, pero no son días para mostrarlo.
Porque es cierto que el vicepresidente está en Trigoria para seguirlo todo de cerca, pero también es cierto que tiene la cabeza en otra parte. Y ese es ese director deportivo que necesita la Roma y que también será decisivo para la renovación de Mourinho. La noticia es la siguiente: no será solo Dan Friedkin quien decidirá si Mou merece o no quedarse en la Roma un año más, o tal vez dos. Pero él será el presidente junto con su nuevo gerente.
Por eso Mourinho está esperando (y probablemente superará el primer plazo fijado por el entrenador para principios de febrero), por eso no hay noticias oficiales sobre su futuro, por eso la única voz sigue siendo la suya (habla hoy a las 11 en Trigoria). ¿Posible? Sí. Todo está en espera, esperando al nuevo gerente. La frase viene directamente del club y se aplica también a los jugadores, no sólo al entrenador, que es claramente el nombre más llamativo.
No solo eso: en Trigoria hay más de 100 empleados cuyos plazos de contrato están venciendo, de los cuales alrededor de sesenta trabajan en el sector deportivo, y para ellos también todo está paralizado. Porque algunas figuras (entendidas como roles, no como personas) tienen y tendrán que ver con el área que ahora dirige Pinto y por tanto volvemos a la discusión anterior: la elección del director, luego todo lo demás. Todo se decidirá a medio plazo, no en estos días o semanas. Porque ahora, como quiere Friedkin, todo el mundo debe pensar únicamente en el campo.
Menos palo y más zanahoria, porque en este momento no hay necesidad de acusaciones sino de poder unir al grupo ya desmoralizado por las numerosas ausencias. Donde los límites técnicos no llegan, el carácter debe tomar el control. Lo que también pedían ayer los aficionados presentes en las afueras de Trigoria, algunos con calma, otros menos: el grupo Quadraro exhibió una pesada pancarta, incluso con palabras ofensivas, que fue vista por todos antes del entrenamiento y luego retirada a última hora de la mañana.