A lo lejos, una fila de asientos en el Stadio Tre Fontane. Ambos viendo a la Roma Primavera ganar la Coppa Italia. A un lado Ryan Friedkin, sentado junto a Tiago Pinto y una fila más arriba José Mourinho junto a sus muchachos. Otra de las muchas imágenes de estos días de cercanía y total implicación de la propiedad en todos los asuntos de la Roma.
Habría habido muchas oportunidades de parar y hablar del futuro junto al entrenador, pero ese momento aún no ha llegado. Ni para la propiedad y -actualmente- ni siquiera para el entrenador totalmente centrado en el campo y en los partidos decisivos del mes de abril. Mourinho ha enviado las señales, incluso de manera muy clara, en las últimas semanas. Si todo sigue por este camino, la cita será a final de temporada cuenta Marco Juric en el diario La Reppublica.
Mientras tanto, continúan los problemas relacionados con el Roma-Feyenoord. Se ha hecho oficial el cierre del sector visitante para los aficionados neerlandeses, el temor de disturbios en la ciudad sigue vivo. Muchos fanáticos del Feyenoord irán a Roma de todos modos. Hasta la fecha, el Distinti Nord permanecería vacío, pero desde Trigoria esperan una exención para darle a Mourinho y al equipo un Estadio Olímpico con entradas agotadas y con unos 65.000 espectadores.