En Trigoria estalló el caso Svilar. Según informó La Repubblica, el portero serbio comunicó a la Roma y a Claudio Ranieri, durante un encuentro privado, su voluntad de abandonar el club. La base de la decisión sería el incumplimiento de las promesas relacionadas con su futuro contractual.
La última petición hecha por el séquito del futbolista, durante una entrevista con Florent Ghisolfi, había sido clara: «Hazme saber lo que quieres hacer: renovación o cesión». Del club, sin embargo, no habría llegado ninguna respuesta formal, ni en términos de propuesta de renovación, ni como indicación de venta en el mercado, mientras esperaba entender en qué competición europea estaría comprometido el equipo en la temporada 2025/26.
Mientras tanto, la dirección ha sido completamente absorbida por otras prioridades, incluyendo la negociación de Cesc Fabregas como nuevo entrenador y los contactos con el Milan para Saelemaekers. Una gestión que ha exasperado a Svilar, empujándolo a decir basta.
La relación parece ahora comprometida, y un escenario de recocido solo parece posible frente a una oferta importante. Como ya sucedió en el pasado con otros jugadores, la Roma podría intentar recuperar el tiempo perdido con una propuesta económica significativa, pero el desgarro sigue siendo profundo
