Paulo Dybala-Lionel Scaloni-José Mourinho. Los tres, con el mismo objetivo en mente, pero con intereses diferentes cada uno de ellos.
El jugador argentino está siendo uno de los grandes focos de la próxima convocatoria del combinado de Scaloni de cara al Mundial 2022. El técnico de la albiceleste ya avisó hace unas jornadas que «solo los jugadores disponibles al 100% desde el primer día irán a Qatar», algo que desde la Roma se ha tenido en cuenta.
La Joya, quien ya se encuentra en la fase final de su recuperación, se encuentra actualmente en una dicotomía de cara al ultimo de los choques de la Roma en Serie A durante este 2022. Una dicotomía, donde José Mourinho tiene la sartén por el mango. Si bien es cierto que por tiempo parece algo viable, lo cierto es que ver al ex-Juventus en el próximo duelo frente al Torino parece algo más que complicado. Más que complicado, poco viable.
Tanto técnico, como jugador, son conscientes del mensaje de Lionel Scaloni, y al mismo tiempo, de la tendencia física del atacante. Desde el lunes pasado, el delantero ha vuelto a entrenar en el campo, con balón incluido, y ya trabaja con el grupo prácticamente en su totalidad. Y es ahí, donde precisamente radica el problema. Tan solo dos días entrenando de manera conjunta, que parecen escasos para afrontar un duelo, que pueda poner en un mínimo riesgo su presencia en la próxima competición mundialista.