La particular historia de Luciano Spalletti ligada a la Roma:”Un aficionado de la Lazio no esperaba y nos gritáramos los peores insultos, entonces…”

Luciano Spalletti, en su nuevo libro “El Paraíso Existe… Pero Cuánto Esfuerzo“, contó una anécdota muy particular protagonizada por él y los jugadores de la Roma:

«El viaje en autobús desde Trigoria al Olímpico el día del partido era memorable. Dos citas fijas a lo largo del recorrido. El aficionado de la Lazio en la ventana y el aficionado de la Roma en la calle. El primero nos esperaba para gritarnos los peores insultos, haciendo el gesto del paraguas. En algún momento nos aburrimos y decidimos que era hora de dar una respuesta ejemplar. Después de otra andanada de insultos, obligué al conductor del autobús a retroceder por Via Della Giuliana hasta llegar a la ventana del hincha de la Lazio, perseguido por el escolta que no entendía lo que estaba sucediendo. Al oír nuevamente las sirenas de la policía, miró hacia afuera y comenzó nuevamente su pequeño espectáculo. Detuve el autobús, les dije a los jugadores que se bajaran y le dieran la espalda al hombre agitado. Funcionó. El tipo se alejó de la ventana. Desapareció y desde ese día nunca más lo volvimos a ver. Me gustaría añadir que, aparte de los matones presentes en cada afición, como aficionado de la Roma siempre he tenido el máximo respeto por el rival y por sus hinchas”.

Otro encuentro quedó grabado en su memoria. «Una señora mayor, vestida de amarillo y rojo. Siempre nos esperaba en una esquina de Via Cipro, lloviera, granizara o hiciera sol, para saludarnos alegremente y lanzarnos sal propiciatoria. Una vez paré el autobús, me bajé con Totti y le regalamos una camiseta del capitán con una dedicatoria. Pocas veces he visto el rostro de una mujer tan iluminado de felicidad. Me gusta pensar en ella todavía allí, lanzando sal a su Roma».

La autobiografía del seleccionador italiano, publicada por la editorial Rizzoli, ya esta a la venta en las librerías. No faltan historias inéditas detrás de escena vinculadas al divorcio post-scudetto con De Laurentiis, pero sobre todo es un fresco humano, el retrato de un hombre esquivo y atormentado, que construyó su carrera profesional sobre la amistad y los valores.

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