Roma-Eintracht, alerta máxima. La Jefatura de Policía de Roma ha puesto en marcha medidas de seguridad inspiradas en la estrategia de doble vía que siempre ha sido impulsada por el jefe de policía Massucci: “Bienvenida para los aficionados visitantes, ningún descuento para los invitados violentos”. El evento y las zonas sensibles serán el centro de atención a partir de este miércoles, cuando está prevista la llegada a Roma de los primeros grupos de aficionados visitantes cuenta el Corriere dello Sport.
Las intenciones no son precisamente las mejores. La actividad de prevención ha llevado a la adquisición de elementos a partir de los cuales se esperan también aficionados de otras ciudades italianas y europeas: la alianza entre los ultras de Frankfurt y los de Bérgamo, por citar un ejemplo, es muy sólida. La atención se centrará no solo en la zona del Estadio Olímpico, sino también en el centro histórico, que para la ocasión ha sido mapeado con la prueba de seis áreas diferentes, que serán confiadas a la protección de las dotaciones de las fuerzas del orden desde la mañana de hoy hasta la mañana del viernes, de manera consistente.
El recuerdo de la devastación provocada por los ultras alemanes en el centro de Nápoles hace un año está vivo y la intención de las fuerzas en el terreno es evitar excesos y violencia. Desde hace semanas, los hombres de Digos están ocupados rastreando los nombres de los aficionados del Eintracht Frankfurt. Llegarán 3.500 personas, de las cuales un diez por ciento están definidas como extremadamente peligrosas y entre ellas una parte significativa, algo menos de un centenar, están acostumbradas a viajar incluso sin tener entrada para el partido: el UF97 y la Brigada Nassau son los grupos más numerosos.
Alerta en Roma por la llegada de unos 3.500 ultras, los primeros ya en la ciudad ayer por la tarde, procedentes del Eintracht de Frankfurt, que mañana jueves 30 de enero acudirán al partido de la Europa League contra el equipo de míster Rainieri. Con ellos, como informa por su parte el diario Leggo, también están los aficionados de otros equipos amigos, italianos y europeos, como Atalanta.
El encuentro corre un alto riesgo de enfrentamientos, dado que los recientes viajes de los ultras alemanes han desembocado en violencia en Roma y Nápoles, debido a la rivalidad con grupos italianos como los Giallorossi y la Lazio, de los que también están divididos políticamente. Los ultras del Eintracht, como los de la Real Sociedad, simpatizan con los movimientos de extrema izquierda y antifà, mientras que las franjas más extremas de los aficionados giallorossi y biancocelesti se inclinan hacia la extrema derecha.
La Jefatura de Policía ha activado un plan de seguridad hasta el viernes 31, con puestos de control en todo el centro de Roma y controles en estaciones, aeropuertos y peajes de autopistas. Se patrullarán seis zonas principales y se prohibirá la venta y consumo de alcohol para evitar que se arrojen botellas y latas.