Hay veces que dos elementos muy distintos y diferentes cuando se juntan se transforman y acaban siendo la mejor versión de ellos mismos. Creo que en el partido de este jueves pasó algo muy similar entre Mourinho y Zaniolo. Creo que que la genial locura futbolística de Zaniolo no podía disfrutar más de un contexto táctico tan perfecto y equilibrado. Parecía que el orden de los otros 10 fuera construido nada más para que Zaniolo pudiera exprimir su desorden. Una paradoja antigua en cuanto el mundo, así como el ying y el yang. En el orden hay siempre una gota de desorden y viceversa.
Parece absurdo pero los 3 goles de Zaniolo vienen de tres lados distintos. Uno viene de la banda izquierda, uno por el centro y otro por la derecha. Zaniolo marcò en tres zona distintas y eso es muy revelador sobre la libertad táctica que le concedió José Mourinho. El partidazo de Zaniolo y cómo fue buscado de los compañeros es muy revelador sobre la táctica que supo aplicàr Zaniolo. Mourinho que aprovecha el caos y Zaniolo, y Nicolò el orden del mister.
El trabajo de Mourinho sobre Zaniolo es gigante. Un chico así está siempre en los títulos de lo periódicos y en la boca de los periodista. Ponerlo en el banquillo no fue fácil, como no fue fácil ponerlo de titular en el partido más importante de la temporada. Mourinho sabía perfectamente cuando tenía que descansar y cuando tenía que jugar. Gracias a estas decisiones incómoda ahora la Roma tiene una plantilla más larga. Soluciones en el banquillo que puedan cambiar partidos, como ya vimos con Carles Pérez. Las capacidades de un entrenador se ven mucho en factores como lo de obtener el 100% de tus jugadores. En esto Mourinho es unos de los mejores al mundo.
Cuando tienes un afición como la de el Olímpico claramente todo resulta más fácil. Si Mourinho hace el suyo y los Romanistas también, este equipo puede permitirse soñar muy en grande.