La crisis está abierta, pero el mensaje es claro: se va hacia adelante con Mou. Y (por ahora) no admite objeciones. A pesar de ocupar el decimosexto puesto en la clasificación y sólo dos victorias fuera de casa en los últimos 14 partidos, el puesto del Special One todavía parece seguro debido también a un mercado de fichajes que finalizó tarde y que no permitió al entrenador fusionar el nuevo grupo.
El club no ha dado ningún ultimátum al cuerpo técnico partiendo del enfrentamiento ante el Frosinone y cuenta con que la Roma se recupere rápidamente teniendo en cuenta que muchos fichajes llegaron hace apenas un mes. El 4-1 encajado ante Genoa, sin embargo, no dejó indiferente a los Friedkins, que también se mostraron abrumados por los comentarios de los aficionados en las redes sociales. El equipo informará hoy tras las malas miradas intercambiadas ayer en el vestuario del Génova. No hay reputura, seamos claros, pero el descontento es palpable. Se necesita saber de que forma se puede salir de un callejón sin salida peligroso, incluida la posibilidad de una concentración en Trigoria.
Evidentemente todo podría cambiar si llegaran nuevas debacles en los próximos tres partidos contra Frosinone, Servette y Cagliari. La Roma, con el ojo puesto en la UEFA, sin embargo, no puede permitirse pagar dos salarios enormes. De ahí las dificultades para llegar a la hipótesis que conduce a Antonio Conte, a menos que Mourinho dimita. De cara al futuro, la atención se centra desde hace tiempo en Thiago Motta, pero el presente sigue llamandose José Mourinho aseguran varios medios en torno al club. En el mercado de entrenadores libres están Galtier, Tudor, Lopetegui, Lampard, Sampaoli y Nicola. Además de la sugerencia de Daniele De Rossi. La Roma no ha contactado con nadie y no tiene intención de hacerlo.