Prioridad a las ventas. Esta es la indicación de la Roma sobre los próximos movimientos de mercado, esta es la estrategia de Souloukou y Ghisolfi para reducir el número de elementos en la plantilla, sacar provecho después de haber invertido cien millones y crear un tesoro útil para luego insertar a ciertos jugadores en los roles más abiertos. Se necesita tiempo, De Rossi lo sabe, pero la directiva ciertamente no quiere cerrar así el mercado de fichajes. Ni entrante ni saliente. Porque, lista en mano, hay ocho jugadores que no están incluidos en los planes del club y de De Rossi, y el pequeño grupo de despidos no cuesta poco al club.
Abraham, Karsdorp, Smalling, Kumbulla, Shomurodov, Darboe, Zalewski y Solbakken son los jugadores que la Roma intentara colocar en el mercado para hacerse con un botín para luego invertir en refuerzos. El total de sus sueldos alcanza los 15 millones de euros netos por temporada, casi un tercio del salario de toda la plantilla giallorossi. Y su valor pueden conducir a unos buenos ahorros que sin duda son útiles para tratar de darle al entrenador incorporaciones de calidad que sin duda son útiles para fortalecer el equipo.
Sesenta millones en total, aunque, naturalmente, no todas las ventas resultarán en una transferencia permanente y no todas las salidas respetarán el valor dado por la Roma a los jugadores individuales cuenta Jacopo Aliprandri en el Corriere dello Sport. Así que digamos que el club espera sacar al menos 30 millones en esos traspasos que, sumado a los salarios ahorrados, aportaría 45 millones a la cartera del club. Dinero que, naturalmente, debería utilizarse para encontrar sustitutos para los titulares y nuevos refuerzos en los roles descubiertos.