Dominante en el campo, compacto fuera de él. La Roma regresa de Reggio Emilia con muchas certezas en la bolsa, empezando por la clasificación: desde la cuarta jornada, con la entrada definitiva de Lukaku, ha sumado 23 puntos en 11 partidos, a una media de 2,09 por partido que valdría para el tercer lugar, no el cuarto realmente logrado. Desde la noche de la mortificante derrota contra el Milan, el 1 de septiembre, han conseguido 3 puntos más que el propio Milan, 5 más que el Napoli y 6 más que la Lazio, tres competidores directos por el pase a la Champions. Sólo el Inter y la Juve van con mejor paso.
Y en las últimas semanas, además de ampliar a 13 la lista de goles marcados más allá del minuto 75, que arrojaron 11 puntos, la Roma ha descubierto la profundidad de la plantilla y la utilidad del banquillo: gente como Kristensen y Azmoun, ni siquiera utilizables. en la Europa League debido a problemas de juego limpio financiero están impactando lentamente los resultados. Kristensen, hasta el domingo el misterioso y destartalado equipo danés, elevó a 12 el número de goleadores diferentes del equipo. Nadie en la Serie A tiene, con los números en la mano, tantas variedades de soluciones ofensivas.
Pero también llama la atención, más allá de los límites de la táctica y la técnica, la solidaridad que Mourinho ha recibido de su compatriota Tiago Pinto, una emanación directa del pensamiento de Dan Friedkin. Ya hay quienes, en un arrebato de optimismo planificador, asocian la unidad de propósito en una batalla política con una posible renovación del contrato que expira asegura este martes el Corriere dello Sport.
En realidad, las noticias de estos días simplemente hablan de un club que, por una vez, se ha puesto del lado de su entrenador. En Trigoria están seguros de que no hay fundamento para una sanción económica y mucho menos para una descalificación, porque en la ya famosa expresión de «estabilidad emocional» Mourinho se refería sólo a una de las cualidades que a su juicio carecía Marcenaro.
Lo cierto es, asegura La Gazzetta dello Sport por su parte que, una defensa tan sentida no se vio ni siquiera en las numerosas polémicas con los árbitros, hasta el punto de que en ocasiones José se quejaba de que lo dejaban solo. Por tanto, no se puede descartar que establecerse en la zona Champions no pueda ser, en el futuro, el preludio de la reapertura de las discusiones sobre la renovación. De hecho, de manera muy pragmática, los Friedkins evaluarán a todos en función de los resultados, que ahora se acercan al objetivo. Por tanto, da la impresión de que les importa la «estabilidad emocional» hasta cierto punto. En caso contrario, ¿qué podrían decir de las 26 expulsiones (la última el domingo) del cuerpo técnico de la Roma en la era Mourinho? ¿Quién está sin pecado…?