Aires de separación. La aventura de Tiago Pinto en la Roma podría terminar con la expiración natural de contrato del técnico portugués: el 30 de junio de 2024. Por ahora, no hay ninguna apertura por parte de los propietarios respecto a una posible extensión del acuerdo con el director general asegura este miércoles Lorenzo Pes en el diario Il Tempo. El ex directivo del Benfica tampoco hizo una petición pública ante los medios para quedarse, siguiendo un camino opuesto al de Mourinho.
Tres años y medio como protagonista absoluto en Trigoria. Pinto estuvo tanto tiempo al frente del proyecto Giallorossi que entró en funcionamiento el 1 de enero de 2021 pero fue anunciado el 18 de noviembre de 2020. Protagonista no tanto a nivel mediático, aunque en sus conferencias al margen del mercado de fichajes siempre dio ideas interesantes, pero porque sólo la zona deportiva del club. Ningún directivo a su lado, al menos para cuestiones estrictamente relacionadas con el campo y el mercado. Una decisión, compartida con los Friedkins, que le comprometió quizás más que a sus compañeros, y que tras tres temporadas le llevó a reflexionar sobre su futuro.
De hecho, si es cierto que de momento los propietarios han suspendido todas las negociaciones sobre contratos a la espera de una mejora significativa de los resultados, el propio Pinto no tiene muchas ganas de quedarse en la capital. Como en el caso de Mourinho, obviamente habrá una reunión con los Friedkins para entender estrategias y ambiciones. Pero el directivo portugués empezó a dar señales de cansancio tanto ante sus allegados como ante los operadores del mercado. Y se siente el esfuerzo del trabajo realizado en los últimos años para mantener las cuentas saneadas y traer a Roma perfiles como los de Abraham, Matic, Dybala y Lukaku. Su futuro, como se ha reiterado en varias ocasiones, no está estrictamente ligado al del técnico, aunque ambos tienen fijado su plazo a final de temporada. La distancia de opiniones entre ambos probablemente ha exacerbado las dificultades para tomar decisiones, incluso si las declaraciones públicas de estima mutua son continuas.
En todo esto está también la valoración de su trabajo que pesa en la decisión de los Friedkins. Si es cierto que las cuentas de la Roma han mejorado también gracias a sus decisiones prudentes, por otro lado algunas inversiones todavía pesan sobre las arcas y las cifras del club. El último fichaje que generó discusión fue sin duda el de Renato Sanches. Pinto quiso asumir abiertamente la responsabilidad de la llegada del portugués, casi poniendo en juego su reputación. Una jugada que va en contra de la tendencia con el perfil bajo que siempre mantuvo durante los meses en la capital italiana. Pasan los días y, en cualquier caso, el general manager sigue trabajando en el mercado de enero en el que quiere fichar a un defensa, pero sin una decisión definitiva sobre el futuro. Ni de los propietarios ni de los portugueses. Pero hoy los caminos de Roma y Tiago Pinto parecen mucho más lejanos que en los últimos meses.