Una bola de nieve que se ha convertido en avalancha; una avalancha que ahora le tocará a la directiva intentar disolver. No hace falta decir que el caso Karsdorp ha dominado el entorno Roma desde el final de la conferencia posterior al partido del entrenador. Lo que importa es si la fisura entre Mou y el neerlandés puede curarse de verdad o si el lateral tendrá que hacer las maletas en enero cuenta La Gazzetta dello Sport.
Todo empezó al final del partido, cuando -a diferencia de lo habitual- el entrenador bajó inmediatamente al vestuario para hablar del gol encajado en los minutos finales, que hizo perder al equipo dos puntos. Las charlas fueron con Abraham, a quien le preguntó por qué lo dio todo esta vez y en otras ocasiones no, mientras que a Karsdorp, de hecho, le reprochó la fatal distracción en el momento de la misma con Sassuolo.
El ex del Feyenoord, sin embargo, decidió replicar, no aceptando hacer de chivo expiatorio de la situación y por ello la discusión degeneró, sin contacto físico alguno, pero con jugadores y miembros del cuerpo técnico que se interponían entre ambos para evitar riesgos.
El club, si bien le dio carta blanca al técnico para gestionar el grupo, se vio sorprendido por tal tormenta que se podría haber evitado. Además, sabiendo bien lo difícil que es vender en enero a un jugador que fue renovado hace un año hasta 2025 (y por tanto, dado que estaría en la puerta, como mucho podría salir a préstamo), el objetivo es llegar a un remiendo entre los dos, tal vez tratando de que el Capitán Pellegrini actuara como mediador.
