Abstraerse y trabajar. Este es el camino que ha tomado Ivan Juric para sumergirse lo más rápidamente posible en la nueva realidad de romanista. Acallando los gemidos de una hinchada todavía sacudida por la destitución de De Rossi y metiendo cuerpo y alma el interior de una Trigoria blindada. Ayer afuera continuaban las protestas de los aficionados contra los propietarios, mientras en el terreno de juego el técnico croata empezaba a estudiar a sus jugadores, escribe Marco Juric en La Repubblica.
Un trabajo que comenzó, sobre el papel, hace unos días, nada más surgir la oportunidad de llegar a la capital. Y ahora se trasladó a los campos del centro deportivo Fulvio Bernardini. Sin demasiadas florituras. Silbato en boca y cronómetro en mano. “Ritmo”, la palabra más utilizada en los dos últimos días durante el entrenamiento. Sesiones de alta intensidad diseñadas específicamente para poner a prueba inmediatamente la resistencia de un equipo que parecía, según algunos intérpretes, demasiado blando para sus ideas sobre el fútbol. Hecho de velocidad, presión y dedicación al esfuerzo. Aprovechando la enorme calidad técnica que se encuentra en Trigoria. En sus experiencias entre Crotone, Genoa, Verona y Torino, Juric nunca había tenido a su disposición un grupo de jugadores de este nivel. Quienes le conocen bien hablan de un entrenador que estaba encantado con la oportunidad que le brindaron los Friedkins.
Días de estudio sobre quién se encontraría en Roma que le permitieron llegar con una idea básica en mente. La defensa de tres hombres como dogma, a desarrollar con el material humano disponible. Carrera, músculos y geometría en el medio del campo. ¿Qué significan Koné, Pisilli y Le Fée (de quien está enamorado) cuando regresa? En las bandas Angeliño es el prototipo del carrilero que ama (¿recuerdan a Dimarco en el Verona?), además de El Shaarawy. Con Abulhamid en la derecha, carta sorpresa. Frente a Dovbyk a lo Duván Zapata, la duda sigue siendo Dybala (y sus 15 partidos para activar la renovación) o Soulé. Juric dejará que la formación hable por sí sola, sin prejuicios. Y siguiendo sus ideas, como siempre ha hecho en su carrera.