Engobe amarillo-rojo. Con la derrota de este domingo ante Bologna, la Roma no sólo pierde la posibilidad de mantener la cuarta plaza, sino que incluso cae al séptimo puesto, que podría convertirse en octavo si el Atalanta superase al Salernitana esta noche. Una dimensión que no gusta a Mourinho, que al final del partido desacredita a sus jugadores y dice, por primera vez públicamente, que quiere quedarse en el banquillo Giallorossi cuenta Corriere della Sera.
Ahora el balón pasa al tejado del presidente del club, Dan Friedkin, y a su hijo Ryan, que tendrán que dar una respuesta cuanto ante porque el ‘Special One’ está dispuesto a quedarse, pero no a esperar hasta junio para conocer su futuro. «Aún no hemos hablado de ello con el club, pero no me gustaría separarme de esta afición que es única: si hubiera una separación, nunca será mi decisión«.
Durante el partido estalló el ‘caso Sanches’, que entró en el descanso y fue sustituido poco después (18 minutos) de saltar a la grama. «Quiero pedir disculpas públicamente a Renato, es difícil para él pero también para un entrenador. Ahora vivimos una situación de esperanza, siempre pensamos que el juego, las responsabilidades, la adrenalina son el camino ideal para ayudarle a dar el salto«.