Entre las cualidades que han acompañado a Ivan Juric en su carrera, hasta llevarlo a convertirse en entrenador de la Roma, está sin duda la capacidad de sacar el máximo partido a las plantillas que ha entrenado escribe Gianluca Piacentini en el Corriere della Sera.
Pero también el ser siempre directo (y duro) con los jugadores y la comunicación. Sin embargo, en Roma desde hace unos días, Juric ha aprendido que para afrontar mejor «la gran oportunidad de su carrera» tendrá que ser también psicólogo en la gestión de futbolistas de los que dispone. Al menos un par de jugadores –Pellegrini y Cristante sobre todo– han sido identificados por la afición como los principales responsables de la reciente mediocridad de la Roma y luego de devorar a los entrenadores. Enviarlos al banquillo contra el Udinese habría significado perderlos (quizás) definitivamente, pero Juric los alineó a ambos como titulares: el estadio los abucheó antes, después y durante el partido, pero al menos tuvieron la oportunidad de reaccionar en el campo.
Una vez superado el primer paso, es decir, la recuperación de los «viejos», se debe pasar al segundo, es decir, la valorización de los nuevos. Así que ahora será el turno de los nuevos entre el jueves con el Athletic de Bilbao y el domingo con el Venezia. Koné, Hermoso, Hummels y sobre todo Soulé, a la espera de la recuperación de Le Fée.