Debacle en el combinado nacional. Italia se lo jugaba todo, y depende únicamente de ella misma, para avanzar a los octavos de final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Un Mundial que se auguraba como un torneo repleto de ilusión para un país que ve como el calcio femminile avanza a pasos agigantados, que, de nuevo, ha caído de la manera más dolorosa posible.
En la última jornada del grupo G, Italia dependía de ella misma para pasar de ronda. Un empate o una derrota servía a las de Milena Bertolini para avanzar de ronda, frente a una Sudáfrica a la que solo le valía la victoria contra la azzurra para avanzar de ronda. Caruso de penalti al inicio del encuentro y un autogol de la defensora del Sassuolo, Benedetta Orsi, mandaban el encuentro al descanso con las mismas tablas con las que se inició el choque.
En la segunda mitad, Hilda Magia adelantaba a las sudafricanas para que Caruso, de nuevo, pusiese un empate que daba media clasificación al equipo transalpino. No obstante, en el añadido, y con un equipo africano movido más por el corazón que por el físico, Thembi Kgatlana, en el 92´, puso el definitivo 3-2 en un marcador, que dejaba a las italiana por segunda vez en su historia fuera en una fase de grupos.
Con esta derrota, lo que parece claro es que la continuidad de Milena Bertolini al frente del combinado nacional, puede haber llegado a su fin. Un final, al menos en este mundial, que también ha llegado para las 8 jugadoras de la Roma en esta selección italiana: Elena Linari, Elisa Bartoli, Manuela Giugliano, Lucia Di Guglielmo, Benedetta Glionna, Giada Greggi y Valentina Giacinti.