Si le hubieran dicho que a mediados de diciembre ya habría marcado 7 goles con la Roma y estaría como máximo goleador del equipo, tal vez Henrikh Mkhitaryan se hubiera limitado a sonreír. Porque probablemente tampoco pensó que estaba empezando tan bien. En cambio, el verdadero punto central del equipo de Fonseca es él, según escribe Chiara Zucchelli en «La Gazzetta dello Sport». Los números lo dicen: 7 goles y 7 asistencias en 16 partidos, en Europa ningún centrocampista ha participado en más goles en las cinco primeras ligas europeas. En la Serie A marcó 6 goles y 5 asistencias, como Thauvin del Marsella en la Ligue 1 y Bruno Fernandes del United en la Premier.
Para Fonseca, el capitán de Armenia es un jugador imprescindible. En la Europa League solo descansó en el partido a domicilio en Sofía, mientras que en Liga siempre jugó. Once de once apariciones, todas como titular. Ya sea un creador de juego o un atacante falso, Mkhitaryan es el jugador por el que pasan la mayoría de los balones del ataque.
En el partido del domingo, sin Pedro, Micki representó aún más ese valor añadido que, para la Roma, quedó claro desde el primer día. En 2020 lleva 13 goles y esta temporada es segundo en asistencias. También es el jugador de la Roma que más kilómetros recorre y esta cifra, en concreto, en vísperas de su 32 cumpleaños el próximo mes, nos hace reflexionar. Nadie en Roma corre más, con una media de 11.063 km por partido. Signo de una nueva forma física, ciertamente gracias a su profesionalidad, pero también a un estado mental que lo liberó de los malos pensamientos y lo ayudó a recuperar la continuidad, la brillantez y una buena carga de confianza.
