Han pasado dos meses desde que operaron a Tammy Abraham. El 4 de junio se rompió el cruzado, el 7 la operación, el 18 el inicio de la larga fase de recuperación. Se suponía que iba a ser el primer verano del baño de mar de su hijo y, probablemente, de su vuelta a la Premier League, es en cambio el verano de Trigoria, del gimnasio, de la fisioterapia, del baño sí, pero en la piscina del centro deportivo capitalino, cuenta Corriere dello Sport.
El ánimo del delantero inglés, seguido como una sombra por un fisioterapeuta de la Roma, es bueno: la fe en Dios le ayuda porque Tammy ve la lesión como una etapa de su vida, la música, en casa y en el gimnasio, le carga y le distrae, la hijo, pareja, padre y hermano se encargan del resto.
Nunca ha visto la pelota, tampoco el campo y el tiempo, junto a su compañero de rehabilitación Kumbulla, a veces fluye lento, otras muy rápido. Cuando el equipo voló al Algarve, lógicamente sintió la ausencia de sus compañeros y la soledad pero, ahora que todos han vuelto, será aún más fácil pasar las horas (al menos 6) en Trigoria.
Abraham se esfuerza al máximo: de vez en cuando publica algo en las redes sociales -en el último post hay un comentario de Mourinho que lo saluda-, de vez en cuando aparece por las calles de la capital; entre el lago y el centro comercial cercano a su casa, cambia de look cada tanto, como cuando, hace unos días, invitó a su peluquero de confianza a su apartamento. Por lo demás, está muy atento a la alimentación (dada la inactividad) y está intentando robar algún día aquí y allá para adelantarse a los tiempos, pero siempre con la conciencia de que, hasta 2024, no verá la luz en el final del túnel.
El objetivo es volver al campo entre finales de enero y principios de febrero y luego, a partir de marzo, intentar dar una mano para el final de temporada. No es fácil, porque la ruptura del cruzado anterior fue compleja, pero los controles realizados hasta ahora hablan de una situación que no es simple, sino lineal en su recuperación. Y así, entrenamiento, oraciones, música y dieta: Tammy no deja nada al azar. el camino aún es largo, pero se está esforzando.