Gran parte del mercado dependerá de las ventas y ofertas que se presenten a Trigoria. Cabe aclarar que, si terminara saliendo Svilar, además de encontrar un sustituto, la Roma tendrá más margen de maniobra. Sin embargo, el debate sobre una posible salida de Dovbyk podría cambiar hasta cierto punto. Gasperini —escribe Stefano Carina en ‘Il Messaggero‘— ya ha señalado que para un equipo que juega varias competiciones, «es esencial tener cinco atacatantes para dos roles».
Ya en Roma hay dos: Dybala y Soulé. Considerando (por ahora) también a Artem, faltarían dos. Es improbable que Shomurodov se quede; ya se busca un puesto en la Premier League para Abraham. Krstovic ha insinuado que dejará el Lecce, pero la Roma no quiere participar en subastas. Lo mismo ocurre con el Lucca. Por ello, se están siguiendo otras opciones como Woltemade, el coracero de dos metros del Stuttgart (12 goles en la última Bundesliga), y el estadounidense Sargent, un delantero más dinámico con 15 goles y 5 asistencias en el Championship con el Norwich.
Con Paredes cerca de marcharse, Pellegrini, que debería quedarse, y el sueño de Frattesi en un segundo plano (el Napoli presiona), la defensa es el otro departamento que Gasperini querría controlar. Balerdi, del Marsella, ha sido seguido desde hace tiempo. Pero los Giallorossi también intentarán pedirle al Bolonia uno entre Beukema y Lucumì. Otra opción a seguir es la que lleva a Kossounou. Pero existe la contraindicación de la Copa Africana, que se jugará en Marruecos del 21 de diciembre al 18 de enero. Y la Roma, en este sentido, ya perderá a N’Dicka. A menos que el marfileño se marche primero. Su destino está estrechamente ligado al de Svilar. Hasta la fecha, verlos a ambos en la nueva Roma de Gasp parece difícil.
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