Chiara y Luca son sus hermanos menores y quienes conocen bien a la familia Frattesi dicen que son la única pieza real del corazón de Davide que es verdaderamente fundamental. Es un chico muy cercano a sus orígenes, el centrocampista del Sassuolo que gusta a media Serie A y en especial a Tiago Pinto y Mourinho, escribe Chiara Zucchelli en La Gazzetta dello Sport.
Jugó en la inferiores de la Lazio, según algunos el equipo de su corazón pero no hay confirmación de ello, jugó en las inferiores de la Roma y hoy es la propia Roma la que lo busca para llevarlo de vuelta a casa: la negociación está reñida Pinto (que tiene un porcentaje del 30% en caso de venta a otro club) lo valora en 15-18 millones más la incorporación de algunos jóvenes como Félix o Volpato, pero a los neroverdi también les gusta Milanese. Frattesi se informa: porque Roma y la Roma ciertamente no son un equipo cualquiera.
La familia es su punto fuerte: Sonia y Paolo, los padres, sus hermanos y el tío David, de quien lleva el nombre lleva. El abuelo Carmine, que ya no está, pero es su foto de perfil en whatsapp. Y pensar que de niño Davide no quería jugar al fútbol, sino al tenis. Pero luego el balón se apoderó de él: «Menos mal -dice Emiliano Leva, su exentrenador en los juveniles de la Lazio y ahora técnico del Atlético Morena- porque Davide lleva el balón en el ADN«. Balón que hoy podría traerle de vuelta a su ciudad, en un centro del campo que el año que viene tendrá como pivote a un jugador como Matic. “Le veo bien en el papel que ocupa ahora, de centrocampista de inserción. Pero Davide es bueno, lo puede todo”.
Desde joven fue así: de Delle Vittorie a la Lazio cuando no jugaba, o cuando jugaba mal, fruncía el seño. Leva, su ex entrenador, de extremo lo convirtió en un metrónomo del centro del campo. «Y de hecho era la clave correcta«, Leva aún habla con Frattesi y encuentra en el teléfono a un chico «maduro y consciente«. Quizá más que cuando, en un torneo en Suecia, hace años comió tres rebanadas de pan y Nutella antes de un partido. Era su forma de emocionarse, ya que después marcó un doblete e hizo felices a todos. Felice también fue Roberto Muzzi, quien lo entrenó en la Roma y lo comparó con Barella, recordando muchas veces cómo ya de niño se veía que “tenía algo más”.
Si realmente volviera a Roma, probablemente se establecería en una casa más cercana a Trigoria, pero sin perder sus puntos de referencia. Porque si hay algo que todos los que conocemos Frattesi reiteramos es la importancia, en su vida, de las raíces que ha construido a lo largo del tiempo: familia, con el pensamiento del abuelo Carmine, hincha de la Juventus, abuela Stefania, y amigos históricos. Un pequeño círculo en el que Davide el «León de los Gentiles», el campo Giustiniana donde entrenaba de niño, deja entrar a muy poca gente.