Una de las principales incógnitas del verano de la Juventus, si no la principal, es el nombre de Federico Chiesa. El extremo de Liguria, que actualmente juega en la selección nacional con Spalletti en el camino hacia la Eurocopa 2024, viene de una temporada con más bajas que altas, además de no representar ciertamente el prototipo de jugador ideal para Thiago Motta. Como escribe Daniele Galosso en Tuttosport, hay más: el italiano se encuentra ahora, peligrosamente, a sólo un año del fin de su contrato, un escenario que pone en riesgo la inversión de más de 40 millones realizada por el club turinés a finales de verano. de 2020.
El agente del jugador, Fali Ramadani, por su parte, está en contacto con más de un club interesado en su cliente, hasta el momento sólo de palabra. Pero la situación está evolucionando y la Juventus está interesada. La próxima parada del número uno de la agencia irlandesa Lian Sports Group, de hecho, será Roma, donde la próxima semana se reunirá con los dirigentes del club Giallorossi. Por hablar de más de uno de los jugadores en su cartera, claro, pero con Chiesa como plato fuerte. A De Rossi le gusta mucho el italiano, aunque la imposibilidad de los romanos de clasificarse para la próxima Champions ha reducido su poder de fuego en el mercado de fichajes. Los Friedkins han acostumbrado la escuadra a tiros eficaces como Lukaku y Dybala, y su saluda liberaría espacio contractual.
Pero el principal problema está en el valor del precio, que Giuntoli considera de al menos 40 millones de euros. Dentro de unos días, Ramadani probará la posibilidad de profundizar en la hipótesis de los Giallorossi, manteniendo vivas en un segundo plano las otras opciones: del Napoli de Conte al Milan de Fonseca, sin olvidar el Liverpool que desde hace tiempo aprecia las cualidades del jugador, que bien sabe se casaría con el fútbol del otro lado de la Mancha.