Gianluca Scamacca está pasando sus vacaciones en la Costa Smeralda y está a la espera de conocer su futuro, que podría volver a teñirse de amarillo y rojo ocho años después, cuando se produjera su salida al PSV cuenta Corriere dello Sport.
El delantero propiedad del West Ham, viene de una temporada clara en la Premier League, está en Cerdeña con su novia y un grupo de amigos pero siempre está en contacto con su entorno para saber si hay novedades. No es ningún misterio: la Roma lo quiere, Mourinho lo considera un gran refuerzo y él quiere a la Roma.
En la delantera, además, hay un hueco tras la grave lesión de Abraham y la confirmación de Belotti en el departamento ofensivo. La palabra dada todavía cuenta y las preferencias de regresar a Roma tienen su peso, más allá de que el Milán también presiona al ex Sassuolo. Y luego quién sabe.
Quizás en breve se produzca una reunión secreta entre Scamacca y parte del vestuario amarillo y rojo. De hecho, Pellegrini, Mancini y Spinazzola están pasando sus vacaciones en la Costa Esmeralda. El pequeño grupo de italianos pudo reunirse con Scamacca para darle una pronta bienvenida. Mientras tanto, Tiago Pinto trabaja junto al West Ham para conseguir el sí al prestamo. Lo que en definitiva representa el camino más alto para llegar también a Sabitzer, centrocampista propiedad del Bayern de Múnich.
El eje con Inglaterra, sin embargo, está dando los frutos esperados. De hecho, el doble trato Llorente-Kristensen está a punto de materializarse con el Leeds. Para dar luz verde al defensa español, que se encuentra en Ibiza con su familia, faltan los últimos detalles: todo está hecho para la bis aventura en Roma. Mourinho lo ve como un suplente de Smalling, pero también como un bromista que puede ocupar cualquier puesto en la retaguardia. Discurso similar para Kristensen, lateral derecho noruego con pasado entre el Salzburgo y el Ajax. La fumata blanca parece estar a la vuelta de la esquina porque Pinto logró arrebatarle la fórmula más conveniente, es decir, el préstamo con derecho a rescate, sin obligación.