El cabezazo que decidió el derby, la celebración y los festejos al final del partido le convirtieron en un héroe de la afición de la Roma. Gianluca Mancini pasó el domingo entre Trigoria y su familia, consciente de que su gesto al final del partido también podría afectar su futuro, escribe Gianluca Lengua en Il Messaggero.
Haber ondeado esa bandera bajo la Curva Sud con una gran rata sobre fondo blanco y azul podría costarle una multa o, peor aún, un partido de sanción. La Fiscalía Federal abrió una investigación, las fotos y vídeos circularon por las redes y se volvieron virales en pocos minutos. Un acto necesario, incluso si el árbitro no hubiera dejado constancia del gesto en el acta, que conducirá a una decisión dentro de algunos días: «No hay comentarios, se está realizando un control», admitió el presidente de la FIGC, Gabriele Gravina.
Un comportamiento que podría recordar al de Acerbi durante el Roma-Inter del pasado mes de febrero cuando mostró el dedo medio hacia la Curva Sud tras marcar de cabeza. Ya entonces la Fiscalía abrió una investigación, pero los nerazzurri nunca optaron por negociar una multa de 5.000 euros.