Guillermo Giacomazzi es, junto con De Rossi, el nuevo nombre que contribuyó a revitalizar la suerte de la Roma en Trigoria. El segundo de DDR es una personalidad muy importante a nivel táctico y no sólo para el técnico giallorossi. El excentrocampista del Lecce habló de su relación con Daniele en una entrevista con ‘Ovacion‘ del diario uruguayo ‘El País‘: “Es un amigo ante todo. Nos conocimos hace cinco años por amigos en común, luego de su experiencia en Boca. Nos llevamos muy bien personalmente y es una gran persona. Nos conocimos por casualidad hace dos años y medio en una cena en Roma, donde empezó todo. Me propuso incorporarme a su grupo de trabajo, en cualquier nivel, tanto en la Serie C como en la Serie B. Hablamos mucho de fútbol, más allá de tener que adaptarnos a nivel personal, compartimos la visión del fútbol. Daniele es un gran comunicador y tiene la pasión y la capacidad de convencer a otros de sus ideas y luego mostrarlas en el campo. Trabajamos mucho, llegamos a las siete de la mañana y salimos a las ocho de la tarde, como hacíamos en SPAL. Creo que lo importante es tener pasión y seguir creciendo poco a poco».
Antes de conocer a De Rossi, Giacomazzi era el segundo entrenador de la selección de Malta: “El tiempo de trabajo es menor. Estar en Malta fue más fácil porque teníamos más tiempo disponible, mientras que con equipos de primer nivel es mucho más difícil debido a la disponibilidad limitada. Trabajar en un club implica un programa semanal o mensual, de trabajo a corto y largo plazo, con objetivos específicos. Sin embargo, no hemos tenido la oportunidad de trabajar con un equipo desde la preparación, lo que nos permitiría planificar con más calma. Siempre llegamos con un equipo ya preparado, tuvimos que adaptarnos rápidamente a sus necesidades. Es un desafío, pero estamos satisfechos con el progreso que estamos viendo».
En Roma, sin embargo, puede contar con el apoyo de la afición: «La relación con la afición es fundamental para motivarnos. No es fácil, depende mucho de nuestro rendimiento en el campo. La pasión de la afición de la Roma es espectacular, similar al de los equipos sudamericanos. Jugar ante 65.000 personas es una experiencia única. Aunque tengamos que mantener la concentración durante el partido, siempre sentimos el cariño de la afición pero intentamos comunicarnos rápidamente con el entrenador para transmitir mensajes a los jugadores. La afición de la Roma es espectacular, jugar en el Estadio Olímpico y escuchar el himno es una experiencia inolvidable».