Alta atención al sector juvenil, equilibrio entre competitividad y costes, reconstrucción de un patrimonio futbolístico. Estos tres principios inspirarán el trabajo del nuevo director deportivo de la Roma, Florent Ghisolfi asegura este jueves el Corriere dello Sport.
Evidentemente no significa querer descuidar el presente porque la misión que le ha encomendado la familia Friedkin es el regreso a la Champions después de seis temporadas de envidia para quienes participan. Ghisolfi, que ya entiende bastante bien el italiano pero que por el momento se expresa en francés o inglés, prevé llevar cinco fichajes más a Trigoria. Dos laterales, dos extremos y un delantero centro.
¿Por qué la Roma se acercó tanto a Chiesa como a Soulé? Porque la necesidad de un extremo capaz de generar profundidad ofensiva, como el italiano, se puede combinar con la oportunidad de adquirir un talento del 2003 que se puede incorporar a precios razonables gracias al salario «bajo». Dybala, que ayer estuvo un rato en el campo y luego voló rápidamente a Argentina para casarse, no es un tema en la Roma.
Aunque la cláusula de 12 millones expire el 30 de julio, Ghisolfi no espera sorpresas desagradables: si Baldanzi y quizás Soulé, dos jugadores zurdos, pueden desarrollarse detrás de él, es sólo porque Paulo podría jugar varios partidos como falso nueve.