La incorporación de Rensch en Udine explica mejor que mil palabras por qué la Roma debería haber concluido ya el mercado de fichajes de invierno. De hecho, el neerlandés entró para dar descanso a Saelenaekers e indirectamente a Hummels, desplazando a Celik hacia atrás. Si Rainieri pudiera hacer esto también lo haría en ataque, así Dovbyk no tendría que jugar todo el tiempo, en algunos casos podríamos optar por dos delanteros y gestionar a Dybala sería mucho más fácil cuenta Stefano Carina este martes en el diario Il Messagero.
Por eso la frase sobre Lucca en el post partido no fue lanzada al azar. Aparte del 9 Friulano, hay que darse prisa. Queda una semana para el cierre del mercado y es necesario encontrar perfiles adecuados para hoy y mañana. Por esta razón, la búsqueda de oportunidades de Ghisolfi no resulta convincente. Un punto intermedio entre ambos sería quizás Brobbey, del Ajax, por quien los costes por ahora parecen demasiado altos. También se propone André Silva (Leipzig) que es la alternativa a Shomurodov quien esta un paso del Venezia. Y desde España incluso se habla de una oferta por Romero, atacante del Sevilla luego desmentida por el director deportivo de los españoles.
Pero ¿qué necesita Roma? Y sobre todo ¿qué necesita Rainieri hoy y el entrenador del mañana? Porque en la carrera contrarreloj que está viendo salir Hermoso al Leverkusen en estas horas y entrar un perfil tipo Mármol (Las Palmas), se nos olvida que la plantilla del centro del campo es corta. En Udine, con Le Fée vendido al Sunderland, Koné jugó como suplente de Paredes. Que no es Leo y se nota. Ahora Cristante está de nuevo a su disposición pero él también tiene poco de la geometría del argentino.
Se necesita acelerar y, sobre todo, decidir. Porque si desde hace tiempo se entiende que la revolución temida después de Como (15 de diciembre) no llegará a buen puerto, limitarnos a Rensch y Gollini sería otro parche más. Esta vez es difícil de entender dado que teníamos casi 50 días disponibles.
