Desde que Georginio Wijnaldum se fracturó la tibia derecha en agosto, la cuenta atrás para su regreso a los terrenos de juego siempre ha sido de un mes: enero de 2023.
Quizás al principio, quizás al final, pero en este lapso de tiempo toda la afición esperaba ver de nuevo sobre el terreno de juego al centrocampista neerlandés, que estaba llamado a dar el salto de calidad. En cambio, desde hace semanas se entiende que Mourinho tendría que esperar antes de poder contar con el exjugador del PSG.
Apenas el pasado domingo, de hecho, el propio técnico portugués dio a entender que aún pasará algún tiempo para poder considerar a Wijnaldum listo. Por lo tanto, no es de extrañar que cada vez se hable más de un regreso al campo en febrero según cuenta La Gazzetta dello Sport.
Para saber más sobre el tema, Radio Romanista habló con Angelo De Carli, profesor asociado de Ortopedia y Traumatología en la Universidad de Roma ‘La Sapienza’. Médico de la Federación Italiana de Atletismo y de la selección masculina de voleibol Sub 18, en 1996 inició su carrera profesional en la FIGC. A partir de septiembre de 2022 se incorpora al cuerpo médico de la selección absoluta que dirige Roberto Mancini. Sin alarmas y sin prisas, Gini aún necesita tiempo: «Partamos del supuesto de que se rompe la tibia en agosto, que se trata con terapia conservadora. Debemos considerar que un hueso largo, como la tibia, puede requerir un tiempo de curación de cinco meses. Entre dejar que el hueso sane y volver a tener ritmo de juego completo, con la posibilidad de que el jugador pueda enfrentar los duelos, hay que estar seguro de que no se arriesga nada, pero sobre todo de que el jugador se sienta seguro.»
