Con toda la parafernalia de la oficialidad y con el objetivo de llevar a la Roma de vuelta a la Champions League, Gian Piero Gasperini vivió ayer su primer día como entrenador giallorossi. «Elegí a la Roma porque es un gran reto«. Para hacer realidad sus sueños, Gasperini —escribe Alessio D’Urso en ‘La Gazzetta dello Sport‘— ya ha comenzado, junto con Ranieri y Florent Ghisolfi, el plan para reforzar el equipo, que no puede prescindir de la incorporación de cinco nuevos jugadores.
Empezando por un defensa central, que podría ser Jhon Lucumi del Bologna, el primer nombre en la lista, favorito por el momento frente a Odilon Kossonou y Leonardo Balerdi del Olympique de Marsella, mientras que también se considera el posible regreso de Marash Kumbulla del Espanyol. Y si con Gasp intentarán identificar un lateral derecho (en la carrera están Nahuel Molina, en desacuerdo con el Atlético de Madrid, y Agustín Giay, que creció en San Lorenzo y ahora está en el Palmeiras), en el mediocampo la Roma se ha centrado en dos jugadores ofensivos de primer nivel como Sven Mijnans del AZ Alkmaar e Igor Paixao del Feyenoord, y también se podría rescatar a Lucas Gourna-Douath.
El paquete ofensivo merece un capítulo aparte. Artem Dovbyk no entusiama al entrenador, pero costó 38,5 millones y es difícil de colocar en este momento. El entrenador también podría decidir trabajar en él, pero teniendo otro delantero titular disponible (Giacomo Raspadori y Lorenzo Lucca siguen siendo los favoritos) y otro delantero con un rendimiento garantizado. Un nombre sobre todo el de Nikola Krstovic del Lecce: un perfil que gusta.