Gasperini mantiene en su memoria el recuerdo del otoño de 2016, cuando estuvo a punto de ser despedido del Atalanta. Después de cuatro derrotas en cinco partidos, el punto de inflexión llegó en Crotone y luego contra el Napoli, lanzando a jugadores jóvenes como Conti, Caldara, Gagliardini y Petagna. Atalanta terminó cuarta esa temporada, iniciando un ciclo de buen juego, plusvalías y crecimiento continuo.
Como escribe Roberto Maida en Corriere dello Sport, su fútbol, basado en el atletismo y el juego de uno contra uno, se ha convertido en un modelo, elogiado incluso por Guardiola. Con el tiempo, el juego ha ido evolucionando según los jugadores, hasta llegar a la noche de Dublín con la victoria de la Europa League . En Bérgamo se convirtió en “Gasperson”, por la huella que dejó en el club.
Pero su camino no fue lineal: su experiencia en el Inter terminó después de sólo cinco partidos, sin victorias. El propio Ranieri, que le sustituyó en aquel momento, le quiso entonces en la Roma. En la reunión en Florencia con los Friedkins, Gasperini obtuvo las garantías de tener tiempo para construir un equipo competivo. El objetivo es claro: devolver a la Roma a la Champions League, quizá pasando de nuevo por la Europa League.
Para su llegada a la capital, asegura el diario Il Tempo por su parte, solo falta la resolución del contrato con la Atalanta (que vence en 2026) para poder firmar el contrato trienal con los Giallorossi. Las garantías recibidas en el mercado y la participación directa en las decisiones fueron decisivas, a pesar de las limitaciones del Fair Play Financiero. Gasperini quiere un buen comienzo para dar un nuevo impulso a la Roma y coronar su carrera con una importante victoria en la capital.
Lo que lo convenció, además de la afición, fue la estima de Claudio Ranieri, quien lo habría dado por Antonio Conte. El impulso de los Friedkins también fue decisivo, enamorados de su espectacular fútbol, convencidos por los resultados obtenidos en Bérgamo cuenta por su parte Niccolò Maurelli escribe en La Repubblica.
Para la directiva giallorossi, Gasperini es el hombre indicado para regresar a la Champions League después de 7 años: este es el objetivo esencial para la próxima temporada, por prestigio y por presupuesto. Los Friedkins no pueden gastar tanto como quisieran, pero lo harán pronto, cuando las reglas lo permitan. La palabra clave en el contrato de tres años ofrecido a Gasperini es «proyecto»
