El Special One ha conquistado a todos, con su trabajo pero también con su carácter. Había pocas dudas al respecto, porque José Mourinho enamoró a varios dueños de fútbol de él y de Dan Friedkin, quien tras una operación magistralmente conducida junto a Tiago Pinto, lo ha llevado a la sombra del Coliseo según cuenta hoy el diario Corriere dello Sport.
El empresario estadounidense es un hombre de pocas palabras, en la capital las únicas palabras eran las contenidas en los comunicados de prensa emitidos por el club, pero hasta ayer nadie había escuchado su voz entre los periodistas. En Ginebra se dejó llevar un poco, mostrando su satisfacción por la elección que hizo a principios de mayo, cuando confió el equipo a José. Varios de los directivos presentes en la 26ª asamblea general de la ECA se sorprendieron al verlo, pero el número uno Giallorossi no podía faltar tras ser nombrado miembro de la Junta de Administración de la UEFA Club Competition SA y consecuentemente en la ECA.
Friedkin llegó a la hora del almuerzo a la capital italiana en uno de los aviones de su flota («Yo estaba a los mandos como siempre», confirmó con una sonrisa) y se sentó en las primeras filas de la sala de reuniones recibiendo la bienvenida del presidente Al-Khelaifi. Siguió los discursos con interés y luego pasó un tiempo hablando con otros directivos, incluido el CEO de Inter, Antonello. Dribló los micrófonos, pero cuando se le pidió que juzgara la contratación de Mourinho lejos de las cámaras, se le escaparon un par de frases: “Es una muy buena persona y un gran entrenador. Estoy feliz de tenerlo en la Roma ”.
