Paulo Fonseca concedió una larga entrevista al Corriere dello Sport. El extécnico de la Roma habló de su aventura con los colores amarillo y rojo, salpicada de numerosas dificultades: la pandemia de la Covid, el cambio de propiedad, la tormentosa relación con Dzeko -entonces capitán- y más. A continuación, las palabras del técnico portugués.
¿Será Mourinho el entrenador de Portugal?
Leí que es una posibilidad. Pero no tengo información directa, no sé nada de Mourinho desde los días que fichó por la Roma.
Y por cierto. ¿Por qué a Mourinho también le cuesta hacer despegar a la Roma?
Porque en Italia es difícil. Hay mucha competencia en la parte alta de la tabla.
¿Es esta Roma más fuerte que la tuya?
No puedo decir lo contrario. Me parece obvio. Basta con mirar las inversiones que los Friedkins han hecho en el mercado.
¿Qué balance hizo de sus dos años en Trigoria?
Primer año positivo. Terminamos quintos con 70 puntos, lo que en la temporada anterior hubiera sido suficiente para la Champions League. Dimos valor a muchos jugadores. En el segundo año, complicado también por problemas internos, lo hicimos bien hasta febrero y luego pagamos las lesiones.
Entre los problemas internos, además del cambio de director deportivo, estaba el caso Dzeko.
No quiero hablar de eso, todo ha terminado. De hecho, volvió a jugar y marcar conmigo también. Le deseo lo mejor. Solo digo que Dzeko para mi Roma era como Ronaldo hoy para Portugal, no era un campeón fácil de manejar.
¿No hay algún error que te reproches durante tu etapa en Roma?
El cambio de esquema. Si volviera, no jugaría con una defensa de tres y, de hecho, no lo hago aquí en Lille. La mejor Roma de Fonseca, proactiva y brillante, jugó con el 4-2-3-1.
Una última curiosidad sobre la Roma: en Manchester, en la semifinal de la Europa League, se adelanta 2-1 al descanso. El partido termina 6-2 para el United. ¿Por qué jugar de una manera tan inescrupulosa que concedes inmediatamente un gol en el contraataque?
Como dije, no tuve más sustituciones porque tuve que hacer tres en la primera mitad. Desgraciadamente el equipo perdió la confianza tras el 2-2, que no debimos encajar en campo abierto, y acabó mal.