¿Será la Roma de los jugones? Quizás aún sea demasiado pronto para decir con extrema certeza, al menos tendremos que esperar al final del mercado y saber cómo terminará el asunto Dzeko, escribe Andrea Pugliese en La Gazzetta dello Sport.
Sin embargo, existe una gran posibilidad de que suceda. Y es que, de aquí a final de temporada, la Roma puede contar con jugadores que son casi todos pequeños, rápidos y escurridizos. El pasado sábado ante el Spezia, por primera vez el técnico portugués alineó a su Roma con un 3-5-2.
Es cierto que sin un verdadero delantero centro como Dzeko (que también actúa como punto de referencia para todo el ataque), es más fácil que Fonseca se decida realmente a continuar con el 3-5-2. Paradójicamente, justo lo que muchos llevan tiempo exigiendo (y eso es ver jugar a Dzeko junto a Borja Mayoral). Situación que llegará de otra manera y no será de la manera virtuosa. Pero la Roma del futuro podría ser justamente ésa, con Borja Mayoral y un jugador a su lado que lo apoye: Mkhitaryan o Pedro, esperando que sea oficial el fichaje de El Shaarawy.
En la ficha de registro civil Borja Mayoral mide 1,82 y de hecho se convertiría en el más alto de la batería de atacantes de la Roma, dado que todos los demás están por debajo (y en algunos casos incluso mucho) de 180 centímetros. Pedro es sin duda el ejemplo claro, con sus 167, luego vienen los 173 centímetros de Carles Pérez, los 177 de Mkhitaryan y los 178 de El Shaarawy.
Si, por el contrario, Fonseca decidiera volver al 3-4-2-1 (basta con mover una mezzala y hacerle jugar de centrocampista ofensivo, moviendo uno de los dos centrocampistas a una posición más central), entonces detrás de Borja Mayoral también vertíamos a alguien como Lorenzo Pellegrini, que con sus 186 centímetros reequilibraría un poco las cuentas en la casa Giallorossi.