La novela Chiesa sigue. Ayer, sobre las cinco de la tarde, aterrizó en Fiumicino el agente del jugador de la Juventus, Fali Ramadani, procedente de Turín. A los aficionados giallorossi que lo reconocieron, les dijo que estaba en la capital para resolver el problema del delantero con la Roma, escribe Gianluca Piacentini en Il Corriere della Sera. Sin embargo, con quién debería hablar es un misterio porque tanto el director deportivo Ghisolfi como el director general Souloukou están en Inglaterra con el equipo.
De hecho, desde Trigoria hacen saber que Chiesa nunca ha sido un objetivo real de la Roma. La sospecha de que Ramadani está «utilizando» al club Giallorossi para convocar a otro equipo es legítima, incluso cuando el mercado siempre está lleno de dudas. Hace aproximadamente un mes, fue el propio Chiesa, puesto en el mercado por la Juve, quien no expresó gran entusiasmo por la solución de la Roma, a diferencia del argentino Soulé. Por el momento la situación está en stand by, pero si en los últimos días del mercado de fichajes el futbolista de los bianconeri siguen sin equipo y fuera de la plantilla, la negociación podría reabrirse, aunque los 5 millones de salario neto corren el riesgo de representar una obstáculo.
Por eso la Roma se centra más en perfiles más asequibles como Wesley y Nusa. Ramadani, sin embargo, también es agente de Marc Pubill, lateral derecho del Almería al que Ghisolfi sigue desde hace tiempo y que sería el favorito de De Rossi para el puesto.