Un motín en toda regla. Que solo después de tres horas se resolvió, tras muchas charlas y enfrentamientos, pero indicativos de una tensión generalizada. En la semana más delicada de la gestión de Fonseca, la Roma vivió un jueves eléctrico en Trigoria: los jugadores no querían entrenar.
Según cuenta Roberto Maida en el Corriere dello Sport, todo ocurrió ayer por la mañana, tras un enfrentamiento entre el técnico y el equipo. En el plato de la discusión no solo estuvo el descontento general por la expulsión del Team Manager Gianluca Gombar, ayer también cariñosamente homenajeado por Daniele De Rossi en las redes sociales, sino también y sobre todo un asunto privado interno, concerniente a un jugador y un miembro del staff . «Una cosa grave», se dice en los corredores del vestuario, de la que no se tuvieron detalle. Simplemente porque se resolvió tras tres horas de charlas y mediaciones.
Fonseca solo al mando
Queda la desoladora situación en la que se encontró inocentemente Fonseca, que salió al campo en traje de entrenamiento con colaboradores esperando al equipo. Mientras que el equipo se quedó en el vestuario, compacto y en señal protesta: «No vamos a salir». Después de un acalorado enfrentamiento, el día casi volvió a la normalidad.
En el sentido de que los jugadores se reunieron con el técnico en la sala de video para examinar las fortalezas y debilidades de Spezia, también en relación a los errores cometidos en la Copa de Italia. El resultado es que por segundo día consecutivo el entrenamiento se pospuso para la tarde, con fotos publicadas por las redes sociales de la Roma confirmando un caso (más o menos) resuelto.
