Modelo tipo inglés, con cuarenta mil espectadores, estadio verde y de propiedad del club (y no alquilada al fabricante, como habría sido en Tor di Valle). El proyecto supondría desembolso máximo de 400 millones y perseguiría tiempos rápidos para la construcción, escriben Andrea Arzilli y Gianluca Piacentini en el Corriere della Sera.
Proyecto y estudio de viabilidad listo para finales del 2021. Luego, dos años para el trámite burocrático y otros dos para la construcción, con el fin de inaugurar ya en septiembre de 2025. Tras la cancelación de la transformación del antiguo hipódromo (proyecto Tor di Valle), la Roma estudia otro proyecto tipo, más en en línea con el mundo post-Covid.
Ahora, el objetivo es construir solo el estadio, sin oficinas adjuntas e incluso con una capacidad menor en comparación con los 55 mil asientos que estaban previstos para el proyecto de Tor di Valle. El anterior proyecto incluía una capacidad cúbica para destinarla a oficinas y centros comerciales, impensable en el contexto poscoronavirus, que además hubiera acarreado un alto monto por compensaciones públicas.
Otro objetivo de la sociedad es ubicarlo en un segmento de la ciudad que esté listo para albergarlo en términos de infraestructura. Un área conectada, ya no un vecindario entero para ser fundado desde cero. Mejor si ya está dentro del perímetro del «Plan de Urbanismo» de Roma, para evitar variantes «peligrosas» desde el punto de vista urbano y político. El proyecto del nuevo estadio de la Roma incluye la evaluación de las áreas disponibles que, según un estudio de la Municipalidad, son 18 (aunque no todas logran acumular los requisitos deseados por el club).
Entre los candidatos elegibles se encuentra Tor Vergata, un área que dentro de unos años también podría estar conectada por la línea A del metro, si el gobierno dice que sí al proyecto de la Región relacionado con los fondos del plan de recuperación. Luego otra de las posibles zonas, es el área de Ostiense, no lejos del Gazometro, y las conexiones aseguradas y ya están en funcionamiento. Así como el espacio en el área Palmiro Togliatti: cerca de un paso y servicios garantizados.
Por otro lado, la solución Flaminio parece imposible por una cuestión de limitaciones insuperables. También está la zona de Fiumicino, pero para hacer el estadio allí hay que negociar con la Municipalidad que dirige Esterino Montino quien, sin embargo, ya ha dicho que está disponible. Y, en todo caso, este último es un plan B.
Otro dato relevante es que en la nota con la que la Roma abandona el proyecto Tor di Valle, hay una referencia a las «universidades», que a muchos les parecía dirigida precisamente a la Universidad de Roma, buscando que se involucren este y los demás sectores de la sociedad. Todo mientras se enciende el debate sobre el funcionamiento del nuevo estadio.
.RPR.
