Se dice, se susurra, se rumorea, que Mourinho también le llamo. El es Eric Betrand Bailly, veintiocho años, central, internacional con Costa de Marfil, y propiedad del Manchester United hasta el 30 de junio del 2024, sueldo anual de unos cinco millones doscientos mil euros netos. Mou, sin embargo, a pesar de conocer el pasado reciente del jugador que ha sido de todo menos que un himno a la suerte ya que ha sido atormentado por una serie interminable de lesiones, querría que tenerle bajo su mando.
Le considera (si está en forma) el jugador ideal para ir a completar el paquete de centrales con los que quiere afrontar la próxima temporada en la que parece que seguirá jugando con una línea defensiva de tres. Al fin y al cabo, el Special One cuando llegó al banquillo del Manchester United (verano de 2016) se llevó a Bailly del Villareal (treinta y ocho millones) como primera compra de su aventura en Manchester donde, a pesar de todo, dejó tres copas en las vitrinas del club inglés.
El jugador que está deseando marcharse de Manchester (ayer también presentaron a Lisandro Martínez por esos lares), ya ha dicho que sí a la hipótesis de la Roma (con mucho corazón en el post sobre el partido-presentación de Dybala), feliz por la posibilidad de volver a jugar con Mou y, también, porque es consciente de que tiene una oportunidad importante para devolverle credibilidad a su carrera según cuenta Il Romanista.
Las partes estarían negociando, tanto sobre el salario (la Roma quisiera una participación del United, pero parece difícil), como sobre la fórmula de fichaje que en Trigoria les gustaría pedir prestado con derecho (alrededor de seis millones) mientras que en Manchester lo harían con la obligación.