El momento de la verdad ha llegado. Cuatro partidos en doce días que darán la cara, quizás definitiva, a la temporada de la Roma. Empezamos hoy a las 18.30 con el partido contra el Torino de Juric para defender la plaza en la Champions League. Entonces se pensara en el Feyenoord, como siempre ha profesado Mourinho. «El próximo es el partido más importante». En el silencio selectivo del portugués, hablando solo en las previas de Europa, el gran adagio del fútbol está más vigente que nunca en este Sábado Santo. Los tres puntos en el campeonato son demasiado importantes para pensar en el partido de Róterdam desde hoy.
Mourinho encuentra de un plumazo a Mancini, Ibáñez y Cristante (junto a Kumbulla) que devolverán un esquema conocido a su Roma. Así que nada de estrategias y espacio para los propios propietarios. La mejor alineación posible sobre el césped del Stadio Grande Torino, aprovechando el obligado descanso de los cuatro jugadores descalificados. Vuelve la defensa de 3 hombres con Mancini, Smalling e Ibáñez. Zalewski volverá a actuar en la banda derecha, más libre de labores defensivas respecto al partido ante los blucerchiati. Por otro lado, duda entre Spinazzola y El Shaarawy, con el primero por delante de su compañero. El Faraón, junto con Solbakken, será la carta extra a jugar en el juego actual. En el medio vuelve Cristante junto a Wijnaldum, con Matic que iba a descansar para tenerlo en su mejor momento ante el Feyenoord. Dybala con el neerlandés actuaran detrás del solitario delantero, con Belotti favorecido sobre Abraham y con la baja de Pellegrini por fiebre.
Mourinho intentará explotar la cábala y la psicología del delantero italiano, en busca del primer gol en la Serie A con la Roma. Quizá desbloqueándose a sí mismo dentro de los muros de Filadelfia, «su» hogar durante siete años. Belotti por el gol del ex, Abraham para las noches de copa. El plan de Mou parece perfilado. Ahora les toca a los dos números 9 dar las respuestas correctas en el campo.