Una cosa es desear y otra cumplir los plazos. De repente, la prioridad de la Roma pasó a ser la compra de Angeliño, lateral izquierdo que llegó en enero cedido gratuitamente procedente del Leipzig. De Rossi lo ha elogiado varias veces públicamente. Pero ahora Ghisolfi, o quien haga sus veces, debe darse prisa: en 48 horas, el 30 de mayo, expira la opción de compra fijado en 5 millones, repartidos en tres años gracias al largo trabajo de intermediación del abogado Bozzo.
En este caso la Roma no puede dudar porque los alemanes ya han hecho saber dos cosas: 1) no habrá descuento por la cesión del jugador, que había jugado en el Galatasaray hasta enero; 2) Si la Roma no lo compra inmediatamente, el precio subirá porque Angeliño tiene mercado y pretendientes en la Bundesliga asegura este martes el Corriere dello Sport.
Angeliño, por su parte, ya firmó el pasado invierno un contrato de cinco años con la Roma y quiere quedarse en Trigoria. Había elegido la Serie A para relanzarse y en gran medida lo consiguió, a pesar de mostrar los puntos fuertes y débiles que se conocían. Ya ha jugado en nueve clubes y en tres continentes diferentes: el deseo de estabilidad es comprensible a estas alturas. Entre otras cosas, sus andanzas le mantuvieron alejado durante mucho tiempo del radar de la selección española: tras haber frecuentado las selecciones Sub 17 y Sub 21, nunca fue convocado por la Roja de los grandes.
