El estadio de la Roma es de interés público y por eso es necesario trabajar en ello asegura este sábado el diario La Notizia. Pero no es exactamente un juego de niños. El debate público dedicado al futuro estadio de la Roma en Pietralata finalizó en octubre como estaba previsto. Y es el paso inmediato anterior al diseño definitivo que deberá presentar el club Giallorossi.
A la espera de que Nomisma, la empresa designada por los Friedkins para gestionar la fase de debate público, publique el «expediente final», han llegado las primeras reacciones. En particular el de Legambiente que ha planteado una serie de cuestiones críticas, a la vanguardia, aún por resolver. En concreto, «las cuestiones cruciales se refieren sobre todo al tema del transporte – revelaron Roberto Scacchi, presidente de Legambiente Lazio, y Amedeo Trolese, director de movilidad de la asociación – Hoy en día, al Olímpico se llega casi exclusivamente mediante movilidad privada, con días enteros en los que las normas de circulación y el sentido común están efectivamente suspendidos y con condiciones medioambientales y de tráfico desastrosas«.
«Trasladar esa catástrofe a Pietralata – añadieron los dos – sin prever un refuerzo muy potente de la LPT, compensaciones medioambientales muy importantes y garantías totales de habitabilidad, significaría una masacre y una parálisis para todo el cuadrante de la ciudad». Lo que es seguro es que el límite mínimo del 50% de espectadores que deben poder llegar al estadio en transporte público o por carriles bici o peatonales crea bastantes dificultades. En este sentido, la capital no brilla por su eficiencia.