No es que necesitaran más pruebas, pero la noche mágica del jueves con 65.000 espectadores que llenaron el Olímpico para el partido que ganaron al Leicester y empujaron literalmente a la Roma a la final de la Conference League el 25 de mayo, confirmaron Dan y Ryan Friedkin, dueños del club Giallorossi. , necesitan tener su propio estadio pronto.
En los últimos meses, los Friedkins han pasado desapercibidos con la nueva junta del conjunto capitalino, tal y como ha confirmado el alcalde Roberto Gualtieri: «Estamos trabajando seriamente con la Roma, con la que hay un diálogo positivo, para dar a la ciudad y a la afición una etapa adecuada. Nuestra línea es trabajar seriamente en secreto y comunicar las decisiones cuando las haya y cuando sea el momento más adecuado”.
El proyecto del nuevo estadio aún no se ha presentado oficialmente, pero el concejal de urbanismo Maurizio Veloccia y los técnicos del municipio han discutido en los últimos meses con los representantes del club sobre algunas ideas compartidas. En primer lugar el área: después de haber descartado sugerentes pero difíciles hipótesis, la que está en la pole position es Pietralata, no lejos de la estación Tiburtina, cerca del hospital Sandro Pertini y cerca de algunas paradas del metro B, un área propiedad del Municipio y no sujeta a cualquier tipo de restricción.
En el documento que se presentó hay otro punto fundamental para el desarrollo del proyecto: la capacidad. Se piensa en un estadio que pueda albergar entre 55.000 y 60.000 espectadores, y en base a ello se han hecho varias hipótesis sobre temas fundamentales para el proyecto como estacionamientos, simulaciones de entrada y salida, porcentaje de aficionados que podrán llegar al sistema con vehículos propios y transporte público.
Desde el punto de vista del transporte, la zona está bien comunicada: hay varias paradas de la línea B del metro – Quintiliani, Pietralata, Tiburtina – pero también líneas de alta velocidad, trenes regionales y terminales de autobuses que llegan de toda Italia a la estación Tiburtina. Pese a ello, Roma ha dado su disponibilidad para estudiar un fortalecimiento del transporte, y ya ha mantenido reuniones con los representantes de Trenitalia.
También se discutió con la Municipalidad sobre los volúmenes cúbicos esperados: la idea original es construir solo el estadio, que sea ecosostenible, integrado al tejido de la ciudad y sin volúmenes adicionales que puedan incluir hoteles o centros comerciales.