Un delantero centro (suplente), dos jugadores de banda (posiblemente ofensivos) y un defensa central. Estos eran los deseos de Ivan Juric para el mercado de fichajes de enero, antes de saber que su aventura en la Roma terminaría mucho antes de lo previsto, escribe Alessandro Angeloni en Il Messaggero. Deseos, no caprichos. Porque la Roma necesitaba y necesita esto, ahora más que nunca. Estas son necesidades por encima del nombre del entrenador. Entradas (sobre todo) y salidas (necesarios, obedientes): así será, en enero y luego en junio.
El proyecto cambia, se renueva, se vuelve a empezar, en fin, y hay quienes entrarán poco en este nuevo futuro, como Paredes, que ya se ha comprometido con Boca. Lo mismo ocurre con Hummels, que ya no piensa enconarse en el banquillo. Por cierto: anteayer, antes de su despedida, Juric quiso agradecer a Mats y Leo, a pesar de no haberlos considerado nunca, precisando que no tenía nada en contra pero que había pensado exclusivamente -quizás equivocadamente- en el bien del equipo. Capitulo cerrado. La llegada de extremos cortos afecta a las posiciones de gente como Celik y Saud, uno frecuentemente en la línea de salida desde reserva a titular permanente, y el otro catapultado a un mundo que no es el suyo, tomado en consideración durante unos cincuenta minutos en total.
Incluso Cristante, que da la impresión, que ha llegado al final de un ciclo, al igual que El Shaarawy, cuyo contrato está a punto de llegar a su final. El problema de Bryan es el salario y no le resultará fácil encontrarle un equipo que pueda satisfacerle en enero, a menos que decida emigrar a ligas ricas pero invisibles. Lo que es seguro es que la Roma no puede avanzar con Shomurodov solo detrás de Dovbyk. El uzbeko no se marchó en verano sólo por un error de cálculo: los plazos del mercado estadounidense habían expirado y el traspaso al Atlanta United se había retrasado y, por tanto, era imposible. Quién sabe si a partir de enero todavía quedará el segundo compromiso, el europeo, pero sólo Dovbyk en la plantilla no puede ser suficiente y, como sabemos, Dybala es más un segundo delantero que un delantero centro, aunque sea falso.
Y en este contexto, el futuro del propio Paulo, en enero o junio, también puede tomar otros rumbos. Se enfrenta al conocido problema salarial que la Roma lucha por afrontar. Paulo decidió quedarse, pero este inicio de temporada lo ha desmoralizado un poco: en enero o junio, la impresión es que cada vez habrá menos ‘La Joya’ en la Roma.