Paradigme

El Olímpico será una caldera en los próximos partidos tras el despido de Daniele De Rossi; los Friedkins en el ojo de la tormenta

Los partidos contra Udinese, Athletic de Bilbao y Venezia debían ser los del renacimiento de la Roma de Daniele De Rossi. Pero ayer por la mañana los escenarios cambiaron completamente, escribe Daniele Aloisi en Il Messaggero. El Olímpico se prepara para arder y habrá una gran contestación por la decisión de relevarlo de su cargo. Ocho meses y cinco días después de su primer partido contra el Verona, llega el Udinese y sorprendentemente lidera la clasificación.

El clima empezará a calentarse a primeras horas de la tarde cuando el autobús que transporta al equipo pase cerca del estadio. Entonces todo se moverá dentro del inmmueble. Los Friedkins que ya han sido blanco de ataques en las redes sociales terminarán en el ojo de la tormenta. Dan y Ryan podrían estar presentes en el Olímpico. En la Curva Sud y en las gradas del estadio habrá pancartas para despedir y agradecer a Daniele De Rossi que nunca ha sido abandonado por la afición a pesar del aburrido comienzo de temporada. La situación es diferente para los jugadores que serán abucheados. En particular Lorenzo Pellegrini que, como ocurrió en la era post-Mourinho, corre el riesgo de volver a ser el más atacado. El núcleo duro de la afición decidió no disputar ayer en Trigoria para trasladar la protesta directamente al domingo.

La Roma se prepara para afrontar tres partidos seguidos en casa en un ambiente que será todo menos acogedor. No es un comienzo sencillo para Juric, que tiene carácter de sobra pero tendrá que demostrar que es bueno para entrar en un gran club de inmediato. En el campeonato ya no puedes cometer errores. Un bautismo de fuego y un tríptico de partidos que preocupa a la afición y a la propia Roma. Otros resultados negativos podrían comprometer aún más la lucha por el cuarto puesto. Necesitamos un punto de inflexión para intentar enderezar la temporada.

¿Y los sold out? El estadio estará prácticamente lleno durante todos los partidos: contra el Udinese se vendieron 60.500 entradas y para los partidos contra Bilbao y Venecia 58.300. Pero la venta comenzó mucho antes de la decisión de despedir a De Rossi y se vio facilitada por el ‘pack de tres partidos’ que permitía adquirirlos a un precio ventajoso. No faltará el calor, pero hasta que no empiecen a llegar resultados positivos, es poco probable que cese el clima de protesta. La era Juric está lista para comenzar con una montaña que escalar.

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