El interés de los clubes árabes vuelve a recaer en Paulo Dybala y, por tanto, una amenaza para la Roma cuenta este viernes el Corriere della Sera. La no utilización de la cláusula de rescisión de 12 millones de euros, que expiró el 31 de julio, tranquiliza al club y aficionados sobre la permanencia de ‘La Joya’ en la capital. En Trigoria, sin embargo, no tienen en cuenta el mercado árabe: en las últimas horas Al-Ahli y Al-Ittihad, 2 de los 4 equipos controlados directamente por el fondo de inversión público, habrían vuelto a la carga directamente por el argentino (y su agente) con una propuesta impactante.
A Dybala, a quien ya le habían enviado propuestas en enero y rechazado, se le habría ofrecido un contrato de tres años por 15 millones netos garantizados por temporada, con bonificaciones fácilmente alcanzables que aumentarían su salario anual hasta los 20 millones. El motivo, además de técnico, es la visibilidad: la Liga Árabe ve en Dybala la posibilidad de vender más entradas y hacer más espectacular el campeonato.
A la Roma (que puede fijar el precio, pues la cláusula ya no existe) le habrían ofrecido una cifra cercana a los 12 millones de la propia cláusula: muy pocos, mucho si tenemos en cuenta que el argentino llegó libre y la cifra se consideraría enteramente como una ganancia de capital. Pero si las motivaciones de Dybala son exclusivamente económicas, ¿por qué la Roma debería vender a su jugador más importante a pocos días del inicio del campeonato?
Porque, posiblemente, los Giallorossi se ahorrarían alrededor de 11 millones en sueldo. Con ese dinero, el director deportivo Ghisolfi podría cerrar por Chiesa, que ganaría menos que Dybala y cuyo coste, al expirar su contrato en junio de 2025, sería ligeramente superior a lo que podría cobrar la Roma. Sin embargo, el club no será quien venda a Dybala, sino que tendrá que ser él quien pida irse si es necesario.
