Descanso, diversión pero también mucho entrenamiento. Su base de verano es Ibiza, desde allí Stephan El Shaarawy disfruta de los últimos diez días de vacaciones antes de volver a Trigoria para ponerse a disposición de José Mourinho.
Está en forma y listo para volver a Trigoria para empezar a entrenar e intentar convencer a Mourinho para que apueste por él. Aunque su estancia en la capital está cada vez más en duda. En la temporada finalizada jugó poco, sobre todo en Liga donde disputó veintisiete partidos pero sólo nueve como titular.
Tres goles en la Serie A, cuatro en la Conference League donde Mourinho le dio más espacio en la fase de grupos gracias también a la rotación realizada para preservar a los titulares.
Tanta decepción para el chico que le gustaría redimirse la temporada que viene y además intentar arrebatarle una renovación de contrato -a cifras inferiores- que vence en junio de 2023.
Es poco probable que llegue la humareda blanca, también por ello su futuro aún está por escribirse en esta sesión de mercado. Hasta ahora solo ha habido un sondeo del Atalanta, pero nada más. En Ibiza El Shaarawy cenó con Maldini y Galliani, pero fue -por ahora- solo un encuentro entre viejos amigos de la época de Milán y no un interés real del CEO de Monza.