Lloró como un niño, que parecía impulsado por un sentimiento de culpa, allá en la Puskas Arena después de la derrota en los penaltis. Es el fútbol. Ahora eso toca explicárselo a alguien como Dybala, que de dos finales europeas que jugó, perdió otras tantas. Es difícil de aceptar, es difícil de volver a empezar, de hecho ‘La Joya’ no vuelve a empezar, Budapest fue su última salida al campo de la temporada.
El futuro de Dybala parece estar ligado al de Mourinho, aunque el técnico explicó que el futuro está en manos del argentino. Paulo tiene treinta años y quiere ganar y ese puesto a Champions perdido se le ha quedado en el estómago. Está feliz en Roma, pero esa Copa no está y Mou tiene que arreglar sus cosas con los Friedkins.
No hay prisa por decidir y saber lo que pasara de inmediato, las partes, es decir, sus agentes y el club, ya se han puesto de acuerdo para reunirse: antes de romper filas en este final de temporada, se hará balance de la situación y comprenderemos las intenciones de Paulo, sus deseos y los pretendientes cuenta Il Messagero. Algunos, seducidos por la cláusula (válida sólo este verano) incluida en el contrato con la Roma y otros un poco menos por el historial de lesiones que ha sufrido este año.